El teatro hispanoamericano contemporáneo: Antología/
Por: Solorzano, Carlos.
Tipo de material: TextoMexico: Fondo De Cultura Económica, 2001Descripción: 359 Páginas: Tapa blanda, 18 cm.Tipo de contenido: texto Tipo de medio: sin mediación Tipo de portador: volumenISBN: 9583800783 (Obra completa); 9583800791 (Tomo I); 9583800805 (Tomo II).Tema(s): Artes -- Teatro -- HispanoamericanoClasificación CDD: 792 Nota de disertación: Viene siendo un lugar común la afirmación de que el teatro es el género literario que ha tenido menor desarrollo en Hispanoamérica. No es nuestro propósito rebatirla, pero sí matizarla añadiendo que, de todos modos, el arte escénico ha alcanzado allí una importancia que empieza a trascender, aunque lentamente, incluso un poco más allá de los reducidos ámbitos especializados. Ese teatro no ha alcanzado las altas cotas de la poesía y la novela del mismo continente en nuestra época, pero ciertamente se encuentra en un nivel mucho más elevado del que habitualmente, y ya un poco por inercia, se le supone. Junto a la cuestión de fondo (efectivamente, hay menos grandes dramaturgos que grandes poetas o narradores en la América de lengua castellana), es preciso tener en cuenta que la intercomunicación en el campo teatral entre los diversos países que la componen y la difusión de sus obras significativas en zonas foráneas ha sido bastante limitada por razones que resultaría prolijo enumerar, pero que tienen que ver en parte con la escasa vitalidad y movilidad del teatro comercial, salvo las notables excepciones de Méjico y la Argentina, y con la problemática editorial. De hecho, los grandes pioneros de las relaciones públicas del teatro hispanoamericano contemporáneo han sido los grupos participantes en los festivales que se realizan a ambos lados del Atlántico. Resumen: Poner orden en este vasto tema es empresa ardua, y así lo demuestra el exiguo número de obras generales sobre el teatro hispanoamericano en circulación. Citemos en seguida los nombres de los críticos españoles que lo han abordado con autoridad y con visión de conjunto. Su relación es llamativamente breve: Agustín del Saz, Guerrero Zamora, Suárez Rodillo, Monleón y pocos más... Por otra parte, es justo recordar la tarea de divulgación de este teatro hecha durante años, de modo intermitente pero sistemático, por la revista «Primer Acto», y el gran papel jugado por las colecciones especiales de las editoriales Aguilar, Escelicer y Taurus. Nuestro trabajo no puede pretender sino subrayar algunos aspectos esenciales del fenómeno y contribuir a aumentar el interés por esta faceta de la literatura hispanoamericana injustamente infravalorada1, haciendo nuestras las palabras con que Pedro Henríquez Ureña cerraba su «Introducción» a Las corrientes literarias en la América Hispánica: «Los movimientos literarios han llegado a ser tan amplios que el solo intento de mencionar la mayoría de los nombres significativos de la actualidad convertiría estas páginas en listas interminables y llevaría la confusión al lector. Debo advertir que ninguna omisión responde a un propósito crítico»2. El teatro fue cultivado en América con no poca intensidad en la época hispánica, desde el primer momento. Recuérdense las vivas descripciones trazadas por el Padre Motolinia sobre las representaciones hechas en Tlaxcala con motivo de las festividades del Corpus en 1538, correspondientes al interesante teatro misional, incomparablemente sugestivo y original en su hibridismo, que fue extinguiéndose en forma lamentable, vencido por el teatro religioso escolar, de extracción culta, y por el teatro profano de vena satírica. De ninguna de estas corrientes nos han llegado sino muy reducidas muestras. Un gran naufragio ha hundido la mayor parte de la creación dramático hispanoamericana de la etapa virreinal. De él se han salvado obras tan valiosas como las de Fernán González de Eslava, Juan Ruiz de Alarcón, Sor Juana Inés de la Cruz y el incaico-hispánico Ollantay.Tipo de ítem | Ubicación actual | Colección | Signatura | Info Vol | Copia número | Estado | Notas | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Libros - Monografia | San Ignacio | Colección General | 792 SO689 (Navegar estantería) | 1 | Ej.1 | Disponible | 2177096 | 3202334 | |
Libros - Monografia | San Ignacio | Colección General | 792 SO689 (Navegar estantería) | 2 | Ej.2 | Disponible | 2177097 | 3202335 | |
Libros - Monografia | San Ignacio | Colección General | 792 SO689 (Navegar estantería) | 3 | Ej.1 | Disponible | 2177094 | 3202336 | |
Libros - Monografia | San Ignacio | Colección General | 792 SO689 (Navegar estantería) | 4 | Ej.2 | Disponible | 2177095 | 3202337 |
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791.3 V532 El acrosport en la escuela: | 792 IN58 El teatro sagrado : | 792 IN58 El teatro sagrado : | 792 SO689 El teatro hispanoamericano contemporáneo: | 792 SO689 El teatro hispanoamericano contemporáneo: | 792 SO689 El teatro hispanoamericano contemporáneo: | 792 SO689 El teatro hispanoamericano contemporáneo: |
Viene siendo un lugar común la afirmación de que el teatro es el género literario que ha tenido menor desarrollo en Hispanoamérica. No es nuestro propósito rebatirla, pero sí matizarla añadiendo que, de todos modos, el arte escénico ha alcanzado allí una importancia que empieza a trascender, aunque lentamente, incluso un poco más allá de los reducidos ámbitos especializados. Ese teatro no ha alcanzado las altas cotas de la poesía y la novela del mismo continente en nuestra época, pero ciertamente se encuentra en un nivel mucho más elevado del que habitualmente, y ya un poco por inercia, se le supone.
Junto a la cuestión de fondo (efectivamente, hay menos grandes dramaturgos que grandes poetas o narradores en la América de lengua castellana), es preciso tener en cuenta que la intercomunicación en el campo teatral entre los diversos países que la componen y la difusión de sus obras significativas en zonas foráneas ha sido bastante limitada por razones que resultaría prolijo enumerar, pero que tienen que ver en parte con la escasa vitalidad y movilidad del teatro comercial, salvo las notables excepciones de Méjico y la Argentina, y con la problemática editorial. De hecho, los grandes pioneros de las relaciones públicas del teatro hispanoamericano contemporáneo han sido los grupos participantes en los festivales que se realizan a ambos lados del Atlántico.
Poner orden en este vasto tema es empresa ardua, y así lo demuestra el exiguo número de obras generales sobre el teatro hispanoamericano en circulación. Citemos en seguida los nombres de los críticos españoles que lo han abordado con autoridad y con visión de conjunto. Su relación es llamativamente breve: Agustín del Saz, Guerrero Zamora, Suárez Rodillo, Monleón y pocos más... Por otra parte, es justo recordar la tarea de divulgación de este teatro hecha durante años, de modo intermitente pero sistemático, por la revista «Primer Acto», y el gran papel jugado por las colecciones especiales de las editoriales Aguilar, Escelicer y Taurus. Nuestro trabajo no puede pretender sino subrayar algunos aspectos esenciales del fenómeno y contribuir a aumentar el interés por esta faceta de la literatura hispanoamericana injustamente infravalorada1, haciendo nuestras las palabras con que Pedro Henríquez Ureña cerraba su «Introducción» a Las corrientes literarias en la América Hispánica: «Los movimientos literarios han llegado a ser tan amplios que el solo intento de mencionar la mayoría de los nombres significativos de la actualidad convertiría estas páginas en listas interminables y llevaría la confusión al lector. Debo advertir que ninguna omisión responde a un propósito crítico»2.
El teatro fue cultivado en América con no poca intensidad en la época hispánica, desde el primer momento. Recuérdense las vivas descripciones trazadas por el Padre Motolinia sobre las representaciones hechas en Tlaxcala con motivo de las festividades del Corpus en 1538, correspondientes al interesante teatro misional, incomparablemente sugestivo y original en su hibridismo, que fue extinguiéndose en forma lamentable, vencido por el teatro religioso escolar, de extracción culta, y por el teatro profano de vena satírica. De ninguna de estas corrientes nos han llegado sino muy reducidas muestras. Un gran naufragio ha hundido la mayor parte de la creación dramático hispanoamericana de la etapa virreinal. De él se han salvado obras tan valiosas como las de Fernán González de Eslava, Juan Ruiz de Alarcón, Sor Juana Inés de la Cruz y el incaico-hispánico Ollantay.
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