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Penetrar en una cueva ofrece al neófito - e incluso al especialista - una experiencia fascinante. La oscuridad, lo extraño del lugar, provocan la sensación de iniciar una aventura. ¿Qué nos aguarda en su interior? ¿Podremos extraviarnos? Lo más probable es que el explorador quede seducido ante la vista de estalactitas y estalagmitas, de formaciones rocosas de figura caprichosa, de estanques y ríos subterráneos, de la vida que albergan y de los mil y un aspectos que el doctor Cano y la maestra Martínez nos descubren en este libro.

Los autores, en su calidad de científicos, se ocupan, aparte de la belleza del lugar, de la increíble variedad de campos de estudio que las cavernas proveen a los investigadores de numerosas disciplinas científicas: zoología, medicina, paleontología, física, geología, etc. Los antropólogos, por ejemplo, estudiando los vestigios dejados por nuestros
antepasados cavernícolas, descubren su comportamiento y sus costumbres. Los microbiólogos han encontrado en las cuevas bacterias emparentadas con las que habitan el medio enrarecido de las ventilas hidrotermales del fondo del mar, las que podrían ofrecernos una clave para descubrir los orígenes de la vida en el planeta. Además, nos conducen a través de los innumerables vericuetos científicos que se localizan en las cavernas, presentándonos una obra muy documentada que es una síntesis de prácticamente todo lo que se sabe de las cavernas: su variedad, modos de formación, la increíble diversidad de seres que las habitan, el daño que les causa su uso turístico y, sobre todo, el
encanto increíble que guardan, tanto que el lego llega a envidiar a los espeleólogos.