Dos Mil Tres Lunas Mitos, ritos y leyendas de América Flor Romero
Por: Romero Flor.
Tipo de material: TextoColombia Uneda Enero 2006Edición: Tercera Edición.Descripción: 98 Páginas Tapa rustica.Tipo de contenido: texto Tipo de medio: sin mediación Tipo de portador: volumenISBN: 9589694063.Tema(s): LITERATURA INFANTIL | CUENTOS. Mitología indígena, leyendas latinoamericanasClasificación CDD: 863
Contenidos:
Bochica, el Regio Manto de Luz, apareció montado en el arco iris, por donde nace el sol. Nuestros antepasados apenas empezaban a organizar su vida, ensayando subsistir con las cosechas de maíz y papa. Oraban para que la gran Laguna de Iguaque bajara de nivel y les dejara más tierras libres para cultivar. Cazaban tinajos, armadillos, dantas, con cerbatanas y flechas. Pescaban bagres y capitanes en los grandes lagos como aquel de Iraca. El anciano de luenga barba alba, cabellera abundante que le caía hasta la cintura, sujeta por una diadema, recorrió los cercados cabalgando una llama. La figura del forastero era casi etérea: alto, cubierto con una túnica blanca, que anudaba al hombro izquierdo con broche de oro.
Tipo de ítem | Ubicación actual | Colección | Signatura | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras |
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Libro de Literatura | Bicentenario | Colección Infantil | 863 (Navegar estantería) | Disponible | 3604866 |
Navegando Bicentenario Estantes, Código de colección: Colección Infantil Cerrar el navegador de estanterías
Bochica, el Regio Manto de Luz, apareció montado en el arco iris, por donde nace el sol. Nuestros antepasados apenas empezaban a organizar su vida, ensayando subsistir con las cosechas de maíz y papa. Oraban para que la gran Laguna de Iguaque bajara de nivel y les dejara más tierras libres para cultivar. Cazaban tinajos, armadillos, dantas, con cerbatanas y flechas. Pescaban bagres y capitanes en los grandes lagos como aquel de Iraca. El anciano de luenga barba alba, cabellera abundante que le caía hasta la cintura, sujeta por una diadema, recorrió los cercados cabalgando una llama. La figura del forastero era casi etérea: alto, cubierto con una túnica blanca, que anudaba al hombro izquierdo con broche de oro.
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